Programa Supermanzanas de Barcelona

El Programa Supermanzanas 2016-2019 de Barcelona es un modelo de transformación de las calles de toda la ciudad, con el principal objetivo de reducir el espacio ocupado por el vehículo privado en favor de la superficie dedicada a los peatones y de la integración de una red de carriles bici con una red ortogonal de autobuses rápidos. Se ha incluido en el Catálogo de Buenas Prácticas Urbanas en el marco de la Agenda Urbana Española como ejemplo para cumplir el objetivo estratégico 5 de la AUE (favorecer la movilidad de proximidad y sostenible).

Supermanzana Barcelona tiene el objetivo de crear una nueva manera de organizar el espacio público de toda la ciudad que pone a las personas en el centro de todo, da prioridad al peatón para conseguir que las calles puedan ser lugares de encuentro y recreo, más seguros y con menos contaminación. Consigue ganar espacio público de calidad a disposición de la ciudadanía e incluye la participación ciudadana como parte fundamental en la reflexión y la implantación del nuevo modelo de espacio público.

En septiembre de 2016 se proyectó la Supermanzana de Poblenou, en el distrito de Sant Martí, la primera en el marco de este programa. Consistió en el cierre al tráfico rodado de grupos de un mínimo de cuatro manzanas urbanas adyacentes (áreas no menores de 16.000 m²). En paralelo, se impulsó un proceso abierto al vecindario de valoración y propuestas para realizar los ajustes necesarios y mejorar el funcionamiento de las intervenciones, creando sesiones abiertas, así como una Comisión de Trabajo con los principales colectivos y entidades.

Las actuaciones se realizaron en 2 etapas: la primera consistió en aplicar soluciones de “urbanismo táctico”, actuando para crear y remarcar zonas de estancia y convivencia dedicadas a los niños y a la interacción ciudadana; la segunda consistió en consolidar la intervención de manera permanente, con la ejecución de la urbanización estructurante de varios tramos de calles y de aceras pasantes.

El resultado es un aumento en 13.350 m² de superficie de espacio público dedicada a los peatones, con más árboles, más asientos, áreas de juego infantiles, carril bici, punto de recarga de vehículos eléctricos e incluso una (modesta) pista de atletismo. La reducción del 58% de tráfico en el interior de la supermanzana ha originado un descenso muy importante en los niveles de ruido diurno.

Después de actuaciones en ámbitos reducidos, como en el Poblenou, Horta o Sant Antoni, ahora Supermanzanas da un salto de escala y de ritmo, creando una red de ejes verdes y plazas en las que el peatón tiene prioridad. Esta nueva visión empezará a aplicarse prioritariamente en el Eixample.

Una de las principales lecciones aprendidas ha sido la comprobación de que es posible mejorar la calidad de vida de un barrio a través de un cambio relativamente sencillo, planteado desde un criterio ambiental y de sostenibilidad. El proyecto es fácilmente extrapolable, y por ello actualmente se está desarrollando en otras ciudades como Vitoria-Gasteiz.