Las externalidades ambientales en la economía global
Los problemas globales, en cuestiones de salud y medioambiente, pero también la paz y la energía, todos intensamente relacionados, han renovado el interés en entender las externalidades ambientales, el funcionamiento de los bienes públicos que generan las actividades económicas y los límites de la biodiversidad. Las externalidades ambientales derivadas del transporte son solo un ejemplo de estos temas de actual renovado interés. El Parlamento Europeo ha publicado un informe sobre la importancia de tener en cuenta estos conceptos en la economía global.
Los problemas globales, en cuestiones de salud y medioambiente, pero también la paz y la energía, todos intensamente relacionados, han renovado el interés en entender las externalidades ambientales, el funcionamiento de los bienes públicos que generan las actividades económicas y los límites de la biodiversidad. Las externalidades ambientales derivadas del transporte son solo un ejemplo de estos temas de actual renovado interés. El Parlamento Europeo ha publicado un informe sobre la importancia de tener en cuenta estos conceptos en la economía global.
La externalidad es un desajuste entre el precio fijado en un mercado y el coste real de producción. La esencia de una externalidad es la divergencia entre los costes o beneficios privados y los costes o beneficios sociales. Este es el caso, por ejemplo, del coste de la contaminación que produce el transporte y sus consecuencias. El consumidor, al elegir entre las alternativas disponibles, no es capaz de tener en cuenta las externalidades existentes, y el coste recae sobre la comunidad en su totalidad.
Para corregir este fallo y asegurar que la elección del consumidor esté debidamente informada, estas externalidades deben incluirse como costes en el precio e internalizarse. Esto puede lograrse mediante la regulación en el mercado. Este es el caso de la fiscalidad ambiental desarrollada para abordar las externalidades ambientales. Los impuestos ambientales se pueden suponer instrumentos clave para lograr la sostenibilidad en la economía.
Al aumentar los precios de los bienes nocivos para el medio ambiente en relación con otros bienes, alientan a los consumidores a cambiar sus patrones de consumo en una dirección más sostenible. Los impuestos ambientales también pueden aumentar los precios de los insumos de producción y así inducir a los productores a adoptar tecnologías más amigables con el medio ambiente. El objetivo es actuar como un desincentivo y redirigir el consumo a actividades sin externalidades (enviar una señal de precio); un ejemplo es el precio del carbono.