Vuelos domésticos vs tren alta velocidad – la visión del sector aeronáutico

La urgencia de la grave crisis climática que afrontamos hace que se estén buscando soluciones para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Existe un debate de actualidad sobre la posibilidad de reemplazar los vuelos de corta distancia con trenes. Así se ha hecho en Francia, donde se acaba de aprobar la prohibición de los vuelos que se puedan cubrir en dos horas y media en tren. En esta tesitura, el sector aeronáutico a través de diversos informes recuerda que todos los modos de transporte tienen su papel que desempeñar; no se trata de “aviación o ferrocarril”, sino de “aviación y ferrocarril”.

Algunos actores del sector se cuestionan si adoptar estas medidas producen unos beneficios claros. Más aun, consideran que no se puede limitar la comparación del transporte aéreo con la alta velocidad ferroviaria a las emisiones de CO₂ por pasajero-km de los dos modos, sino que hay que considerar otros factores para determinar el impacto que tendrá este reemplazo:

• Hay que tener en cuenta que el sector aéreo ha mejorado su eficiencia energética de formar significativa en las últimas décadas. En el caso de España, se prevén numerosas medidas adicionales para garantizar y promover un sector aéreo cada vez más respetuoso con el medio ambiente, tales como el uso de combustibles sostenibles de aviación, la propulsión eléctrica con baterías o pilas de hidrógeno, la mejora de los procedimientos operacionales de navegación aérea, la retirada de las aeronaves más contaminantes, o la introducción de tecnologías y procedimientos que ayuden a disminuir la contaminación de las aeronaves en los entornos aeroportuarios.
• Además, hay que resaltar que, en el año 2019, la aviación de ámbito doméstico en España representó alrededor del 0,8% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI), representado los vuelos de índole peninsular alrededor del 35% del total de operaciones de carácter doméstico. Además, es necesario tener en cuenta que este reemplazo supondría la construcción de nuevas vías de alta velocidad, lo que aumentaría las emisiones de CO₂ asociadas a esta construcción, así como el largo tiempo requerido para las obras.

En aquellas relaciones donde coexisten ambas alternativas (avión y tren de AV), el trasvase de pasajeros del sector aéreo al sector ferroviario ya se ha ido realizando de forma natural. El tráfico aéreo se ha reducido significativamente en dichas rutas, limitándose casi en su totalidad a prestar un servicio a aquellos pasajeros en conexión con otros destinos internacionales.

Numerosos expertos manifiestan que esta disyuntiva entre tren y avión a la hora de realizar un viaje parece no ser la cuestión realmente importante a la hora de afrontar el desafío medioambiental del calentamiento global. Tal vez podría reformularse hacia cómo aprovechar, de manera conjunta y eficiente, ambas formas de transporte para reducir de forma real las emisiones contaminantes, y reducir la dependencia del uso del vehículo privado a motor.