La OCU valora las redes ciclistas de 14 ciudades españolas

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) elaboró a finales de 2021 el estudio “Las mejores ciudades para ir en bici”. En este estudio se evalúan las redes ciclistas de 14 ciudades españolas, concluyendo que, si bien la situación global ha mejorado en los cinco últimos años, todavía son muchas las urbes que carecen de falta de continuidad en sus vías ciclistas y además estas son poco compactas, lo que imposibilita llegar de forma directa a sus centros neurálgicos. A continuación las principales conclusiones del estudio:

Para saber hasta qué punto los ayuntamientos están haciendo “sus deberes” en relación con la promoción del uso de la bicicleta, la OCU ha estudiado la funcionalidad de las infraestructuras ciclistas de 14 ciudades españolas, las ocho más pobladas y otras seis que han impulsado medidas pro-bici en los últimos años.

La primera conclusión a la que se llega es que una red ciclista bien diseñada promueve el uso de la bici. La bicicleta solo se percibirá como un medio de transporte cuando resulte seguro usarla sin miedo al tráfico y permita llegar de forma cómoda a cualquier lugar de la ciudad.

Una red ciclista útil debe cumplir siete criterios: que sea completa, continua, uniforme, directa, reconocible, tupida y que pase por vías principales. Si es una red útil, también será más segura, porque no hay nada que aporte más sensación de seguridad a los ciclistas que la presencia de más bicicletas.

Los resultados del estudio han mejorado respecto a los del anterior estudio realizado en 2013. Sin embargo, en muchas ciudades todavía se aprecia escasa conectividad y unas redes poco tupidas. Además, faltan criterios unitarios en el diseño de los propios carriles bici, pues la apariencia y señalización de esos carriles bici cambian mucho de un lugar a otro de una misma ciudad, lo que hace difícil reconocerlos. La OCU en 2015 ya publicó algunas recomendaciones sobre el diseño de vías ciclistas.

Solo cinco ciudades tienen una buena red ciclista: Vitoria, Valencia, Sevilla, Barcelona y San Sebastián. En el otro extremo, hay ciudades cuyas redes se pueden calificar de malas (Málaga y Bilbao) o muy malas (La Coruña, Córdoba y Madrid). Las principales carencias son la falta de conectividad, la escasa densidad o el abuso del ciclocarril, que no puede considerarse como un carril bici al no aportar la suficiente seguridad. Siguen existiendo defectos de diseño en cruces y rotondas y en algunas ciudades falta mantenimiento y los carriles bici presentan una imagen de abandono. La OCU pide a los ayuntamientos de estas grandes ciudades que sean más ambiciosos al adaptar el espacio a la circulación cómoda y segura de la bici.

Otras recomendaciones del estudio para fomentar el uso de la bicicleta son la disponibilidad de aparcamientos seguros en intercambiadores, en lugares de estudios o en centros comerciales, y que la ciudad cuente con un sistema de alquiler de bicicletas que facilite su uso a quien no puede utilizar la suya propia.