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Jueves 26 de Noviembre de 2020

El cambio climático degradará las infraestructuras e incrementará los costes de mantenimiento

El cambio climático afectará a nuestras vidas y a las infraestructuras de transporte. Entre los factores que pueden cambiar se incluyen las modificaciones de las lluvias, el alza de temperaturas, o el aumento del nivel del mar, y todos ellos, según investigadores de la UPM, afectarán las infraestructuras de transporte y la movilidad.

El cambio climático

El cambio climático afectará a nuestras vidas y a las infraestructuras de transporte. Entre los factores que pueden cambiar se incluyen las modificaciones de las lluvias, el alza de temperaturas, o el aumento del nivel del mar, y todos ellos, según investigadores de la UPM, afectarán las infraestructuras de transporte y la movilidad.

Por un lado, provocará daños directos sobre las infraestructuras: el incremento de las temperaturas provoca deformaciones de la vía férrea y de la catenaria, del asfalto en carreteras e incluso fallos estructurales. Los incendios forestales podrían provocar cortes de carretera y vías de ferrocarril. Las lluvias extremas pueden, además, inundar las carreteras y afectar a la estabilidad del asfalto. El aumento del nivel del mar provocaría inundaciones y los soportes de los puentes y la estructura de las infraestructuras se verían afectados.

Por otro lado, la mayoría de los estudios prevén impactos indirectos como la disminución de la velocidad del tráfico, el augmento de accidentes, grandes retrasos o desvíos de trenes, e interrupciones en los trenes debido a eventuales cortes de energía eléctrica. Además, el fallo en las señales luminosas o en vehículos eléctricos aumentará la congestión y reducirá la seguridad vial.

Recomendaciones de mejora y acciones de mitigación

Actualmente, los estándares de construcción de carreteras y ferrocarriles se basan en condiciones climáticas pasadas. Al cambiar estas condiciones, no solo se degradarán las infraestructuras sino que también se incrementarán los costes de adaptación y mantenimiento. Por ejemplo, se estima que los costes de adaptar las superficies de las carreteras a temperaturas más altas serían de 38,5 a 135 millones de euros al año para 2040-2070.

Las medidas predictivas y proactivas permitirán reducir los impactos y costes. En este sentido, modificaciones de normativa y de aspectos relacionados con la construcción y mantenimiento de las infraestructuras será imprescindible.

Resultará de gran importancia estudiar la criticidad de cada elemento de la red de transporte para identificar las consecuencias de su degradación. Un componente crítico será aquél que tiene una alta probabilidad de sufrir un incidente y cuya pérdida tiene repercusiones importantes en el sistema. Esta clasificación ayudaría a priorizar los recursos económicos y mitigar el aumento de los costes relacionados con el transporte como los derivados del mantenimiento, el tráfico y la seguridad.

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