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Lunes 22 de Noviembre de 2021

Directrices sobre Zonas de Bajas Emisiones (ZBE)

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) junto a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) han presentado las directrices para la Creación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Estas directrices constituyen una guía para aquellas entidades locales que, en respuesta a lo establecido en la Ley de cambio climático y transición energética, deban establecer una Zona de Bajas Emisiones.

Rompecabezas de zonas de bajas emisiones

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) junto a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) han presentado las directrices para la Creación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Estas directrices constituyen una guía para aquellas entidades locales que, en respuesta a lo establecido en la Ley de cambio climático y transición energética, deban establecer una Zona de Bajas Emisiones.

La Ley de Cambio Climático y Transición Energética establece que los municipios españoles de más de 50.000 habitantes, los territorios insulares y los municipios de más de 20.000 habitantes que superen los valores límite de contaminantes regulados, deberán adoptar antes de 2023 Planes de Movilidad Urbana Sostenible para introducir medidas de mitigación y reducir las emisiones de la movilidad, incluyendo, entre otras, el establecimiento de zonas de bajas emisiones. La creación de estas Zonas de Bajas Emisiones está también prevista en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y en el Programa Nacional de Control de la Contaminación Atmosférica.

Las directrices recogen los umbrales mínimos que deben tenerse en cuenta a la hora de crear una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Entre ellos, se incluyen criterios en materia de calidad del aire, eficiencia energética, ruido y cambio climático. Además, fija también el procedimiento para su implantación, una propuesta de indicadores de seguimiento y un amplio catálogo de medidas que los ayuntamientos podrán adoptar para incentivar el cambio hacia una movilidad ambientalmente más sostenible.

Las directrices no determinan una extensión mínima para las zonas de bajas emisiones, que dependerá de las características de cada municipio, pero sí señalan que deberá ser significativa y suficiente para el cumplimiento de los objetivos. Se identifican distintos modelos de ZBE, tanto estructurales (núcleo, en áreas concretas, o anillo, introduciendo gradualidad por áreas concéntricas) como complementarias (especiales, para áreas como campus universitarios, parques empresariales, entornos escolares o sanitarios, y específicas para tramos de calles en las que concurran circunstancias singulares).

La tipología de vehículos a los que se les restringirá el caso dependerá de cada caso, debiendo diseñarse las restricciones de modo que hagan posible alcanzar los objetivos. En todo caso, las directrices apuntan que el diseño de las ZBE deberá tener en cuenta la pirámide de movilidad, dando prioridad al peatón, a la movilidad activa y al transporte público por delante del vehículo privado.

En última instancia, las ZBE son un instrumento clave en el cambio hacia un modelo de movilidad más sostenible, que facilitará que España cumpla con sus compromisos en mitigación del cambio climático y con la normativa europea en materia de emisiones de CO2 que aplica al sector transporte.

En la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030 y en la Agenda Urbana Española, ambas lideradas por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) se incluyen numerosas medidas encaminadas a hacer la movilidad en las ciudades más sostenible e independiente del vehículo privado y mejorar así la calidad de vida en los centros urbanos. Como parte de este objetivo se engloba el establecimiento de las Zonas de Bajas Emisiones y otras áreas de tráfico restringido a los centros de las ciudades. El Ministerio quiere impulsar el desarrollo de Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) que incorporen este tipo de iniciativas, así como fomentar el transporte público, la movilidad compartida y la movilidad activa en las ciudades.

Por otro lado, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en su Componente 1, incluye ayudas gestionadas por el MITMA para la implantación de Zonas de Bajas Emisiones (y todas las medidas complementarias necesarias, destinadas tanto a ayuntamientos como a Comunidades Autónomas. Y es que la implementación de una ZBE, para que sea efectiva para que el trasvase a otros modos y mejorar la calidad de vida, requiere además, entre otros, un rediseño del espacio urbano mediante el calmado del tráfico y otras intervenciones como la creación de itinerarios ciclistas y peatonales seguros, el establecimiento de aparcamientos disuasorios, sistemas digitales de gestión del tráfico, mejoras en el transporte público o la reordenación de todo el sistema de reparto de mercancía urbana.