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Jueves 24 de Marzo de 2022

Avances en la investigación del hidrógeno renovable para la aviación

Hoy en día, la aviación es responsable del 3,6 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE. Los aviones utilizan queroseno como combustible, liberando dióxido de carbono dañino a la atmósfera. Una posible solución es la utilización de un nuevo tipo de combustible en los aviones que no produzca emisiones nocivas como es el hidrógeno.

Vista del cielo desde el interior de un avión

Hoy en día, la aviación es responsable del 3,6 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE. Los aviones utilizan queroseno como combustible, liberando dióxido de carbono dañino a la atmósfera. Una posible solución es la utilización de un nuevo tipo de combustible en los aviones que no produzca emisiones nocivas como es el hidrógeno.

La mayor parte del hidrógeno del mundo en la actualidad se produce reformando metano a partir de gas natural, un combustible fósil, que produce dióxido de carbono. Sin embargo, se están realizando esfuerzos para desarrollar hidrógeno verde mediante el uso de una corriente eléctrica de una fuente renovable para convertir el agua en oxígeno e hidrógeno y reducir las emisiones en su producción. Cuando esto sea posible, junto con la ausencia de emisiones de los propios aviones, la aviación podría convertirse en una forma de viaje verdaderamente ecológica.

Los aviones de hidrógeno serían similares estéticamente a los aviones tradicionales, aunque se necesitaría una longitud ligeramente mayor. Los aviones más pequeños probablemente usarían hélices, con celdas de combustible impulsadas por hidrógeno que proporcionarían propulsión eléctrica para hacer girar las hélices. Aviones más grandes podrían quemar hidrógeno para impulsar motores a reacción.

Como experiencias previas, en 2008 Boeing voló el primer avión propulsado por hidrógeno del mundo desde un aeródromo cerca de Madrid, España, un vehículo monoplaza que demostró que la tecnología era posible. En 2016, el primer avión de hidrógeno de cuatro plazas, construido en Alemania por la agencia alemana de investigación aeronáutica (DLR), la Universidad de Ulm y una empresa llamada H2FLY, despegó del aeropuerto de Stuttgart.

Entre las acciones más relevantes que se están llevando a cabo actualmente cabe destacar el acuerdo de asociación que Airbus y CFM International han firmado para colaborar en un programa de demostración de hidrógeno que despegará a mediados de esta década.

El objetivo del programa es probar en tierra y en vuelo un motor de combustión directa alimentado por hidrógeno, como preparación para la entrada en servicio de un avión de cero emisiones para 2035.

La demostración utilizará como banco de pruebas un A380 equipado con tanques de hidrógeno líquido preparados en las instalaciones de Airbus en Francia y Alemania. La compañía también definirá los requisitos del sistema de propulsión de hidrógeno, supervisará las pruebas de vuelo y proporcionará la plataforma A380 para probar el motor de combustión de hidrógeno en la fase de crucero.

CFM International (CFM) modificará la cámara de combustión, el sistema de combustible y el sistema de control de un turboventilador GE Passport para que funcione con hidrógeno. El motor, que se ensambla en EE. UU., fue seleccionado para este programa debido a su tamaño físico, maquinaria turbo avanzada y capacidad de flujo de combustible. Se montará a lo largo del fuselaje trasero del banco de pruebas volador para permitir que las emisiones del motor, incluidas las estelas, se controlen por separado de las de los motores que impulsan la aeronave.

Todavía quedan desafíos importantes para que esto suceda. Pero si se pueden superar, el futuro de la aviación podrá ser mucho más verde de lo que es hoy y ser un componente funcional de un mundo descarbonizado.