La definición de salud ha pasado por diversas fases: de la mera ausencia de enfermedad, en 1948 la OMS pasó a definirla como “un estado de completo bienestar, físico, mental y social”. La movilidad en bicicleta tiene un papel en cada una de estas dimensiones del bienestar.
En la dimensión física de la salud, se han demostrado ampliamente los notables beneficios que tiene el uso de la bicicleta para la movilidad personal. Gracias, principalmente, a los efectos de la actividad física que se realiza en la movilidad activa se reducen los riesgos de enfermedades y factores de riesgo tan extendidos como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y algunos tipos de cáncer entre un 20 y un 40 %.
En la dimensión mental de la salud, también existen ya estudios que muestran una disminución del riesgo de depresión de entre un 20 % y un 30 % gracias al uso frecuente de la bicicleta. Estudios recientes también señalan una reducción en la percepción de estrés, en los niveles de ansiedad y un incremento en la capacidad de concentración.
Además, la bicicleta nos permite ejercer nuestro derecho a la movilidad y a tener libertad de movimientos. Sin duda, estos son elementos clave para el desarrollo personal y social, y formarían parte de lo que se conoce como bienestar social.
Por último, la equidad en salud significa que todas las personas puedan desarrollar su máximo potencial de salud, independientemente de su posición social u otras circunstancias determinadas por factores sociales. Abordar la equidad, en este caso de la movilidad ciclista, puede permitir asegurar que los beneficios para la salud y el bienestar físico, mental y social estén disponibles para todas las personas, independientemente de su género (ver capítulo dedicado a este tema), edad (especialmente niños, niñas y personas mayores), nivel de ingresos, nivel de educación, grupo étnico o cualquier otra característica por la que se puedan ver discriminadas.
Reducir los niveles de contaminación atmosférica y acústica en las ciudades, fomentando el cambio modal hacia la bicicleta.
Apoyar la investigación académica sobre los beneficios para la salud y el bienestar social del uso de la bicicleta.
Traducir los avances científicos en materia de salud, bienestar y bicicleta en informaciones concretas y accesibles para las Administraciones Públicas.
Promocionar que las personas lleven una vida más saludable mediante el uso de la bicicleta, incorporando un enfoque de equidad, de tal forma que todos los grupos poblacionales tengan acceso a esta forma de movilidad saludable.
Divulgar mecanismos de evaluación para medir el impacto en la salud de las iniciativas ciclistas, como por ejemplo la herramienta HEAT de la OMS.
Apoyar las iniciativas sociales relacionadas con la movilidad ciclista que estén contribuyendo a la mejora de la salud de las personas.
Las acciones para el fomento de una vida saludable en bicicleta tienen como propósito aprovechar la bicicleta como instrumento para mejorar la salud pública, a través de una movilidad activa, libre de emisiones y sostenible y con enfoque de equidad.
El objetivo es ofrecer a las instituciones y asociaciones de promoción de la salud recursos en torno a la bicicleta que les permitan maximizar su efectividad y fomentar de modo coordinado el uso de la bicicleta como parte de un modo de vida saludable.
Este bloque incluye las siguientes acciones:
Las acciones comprendidas en este bloque tienen como objetivo acompañar y catalizar los procesos sociales relacionados con la movilidad ciclista, fomentando la inclusión, la igualdad, el bien común, el intercambio de conocimiento, la corresponsabilidad y la solidaridad. Se pretende así, apoyar este tipo de iniciativas a través de la experiencia acumulada por entidades especializadas en este sector.
Las acciones propuestas son las siguientes: